La Medicina Biorreguladora se basa en regular los procesos de autodefensa del organismo frente a las diferentes sustancias patógenas causantes de la enfermedad.

Están compuestos de principios activos naturales y a diferencia de los medicamentos denominados «químicos», que suprimen las vías metabólicas, los medicamentos biorreguladores modulan las respuestas biológicas del organismo sin suprimirlas, lo que les otorga su alta tolerabilidad y su ausencia de efectos secundarios.